Los toldos extensibles admiten regulación, y son una excelente opción para instalar en porches, jardines y fachadas. Sus brazos articulados nos permiten salidas hasta 3,5 m. Presentan un diseño elegante y sencillo. Con la regulación se puede cambiar la inclinación de los brazos para obtener mayor o menor caída en base a la ubicación del sol para lograr más sombra y a nuestro gusto.
Hay dos tipos de toldos extensibles:
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TOLDO EXTENSIBLE COFRE. Ofrece las mismas características que el toldo extensible pero incorpora un plus importante, un cofre donde se recoge el tejido. Podemos decir que los toldos extensibles con cofre ofrecen principalmente dos ventajas: práctica y estética. La práctica consigue alargar la vida del toldo ya que, como hemos dicho, la lona o el tejido del que esté fabricado el toldo, se guarda o recoge dentro del cofre, por lo que se evita la exposición a lluvias y otros agentes externos. La estética es otra ventaja importante para aquellos que quieran mayor discreción y elegancia, ya que el toldo recogido queda alojado dentro del cofre y oculta toda la tornillería. La durabilidad también es mayor, ya que la vida de los tejidos se prolonga notablemente.
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TOLDO EXTENSIBLE DUO. El toldo extensible duo o simétrico es el ideal para cubrir o proteger del sol grandes áreas de superficie. Se suele instalar en espacios abiertos o diáfanos y van fijados a una fuerte estructura. Son muy usados en hostelería, empresas dedicadas a eventos al aire libre, jardines, grandes terrazas, etc… Con su robusta estructura y sus brazos extensibles reforzados, podemos llegar a cubrir hasta 40 metros cuadrados de superficie, creando bellos espacios protegidos del sol. Se pueden instalar “encadenados” o en filas, para conseguir cubrir grandes áreas… las posibilidades son ilimitadas.